VÍCTOR HUMAREDA GALLEGOS.
ESTILO: EXPRESIONISMO.
BIOGRAFÍA. - Víctor Humareda nació en Lampa (Puno), el 6 de marzo de
1920. Sus padres fueron Emilio Humareda Caballero y Eudocia Gallegos Andía. A
los cuatro años de edad perdió a su padre, quien al parecer fue víctima de un
crimen pasional. En 1927 inició sus estudios escolares en la escuela fiscal de
su pueblo natal, pero los abandonó en el tercer año de secundaria, para
dedicarse a la enseñanza.
Existe una anécdota en la vida de Víctor Humareda que bien vale la pena
relatar. Su pasión por la belleza en el arte se reflejó con ocasión de un
encuentro de fútbol en el que el futuro pintor participaba como jugador de un
equipo de su pueblo natal. Humareda había conseguido evadir a tres jugadores
del equipo rival y, sin darse cuenta, se encontró solo frente al guardameta
contrario. Cualquier otro deportista sin la sensibilidad especial por el arte
que poseía Humareda hubiera anotado el gol, porque en sus pies se hallaba la
gloria de su equipo y de su tierra. Sin embargo, en lugar de concretar el gol,
Humareda se quedó paralizado, con los ojos fijos en el horizonte. ¿Qué había
distraído al eximio artista? El joven Víctor se había quedado extasiado
observando el sol y su belleza.
A partir de este día, Humareda sintió dentro de sí, la necesidad de buscar
el color, de descubrir los contrastes y las tonalidades de la naturaleza; los
ocres, como él los llamaba. A los 18 años, Víctor Humareda viaja a Lima para
estudiar en la Escuela de Bellas Artes, escuela a la que ingresa en 1938. Sin
embargo, a causa de múltiples problemas económicos se retira de la misma hasta
el año 1941. Seis años después de retomar sus estudios, se hace acreedor a una
beca para estudiar en la República Argentina, país al que emigra finalmente en
1950. Antes de partir definitivamente a la ciudad del Río de la Plata, y
encontrándose de paso por Lampa, se le encarga pintar la Calle Pardo frente a
la casona Macedo. Esta inmortal obra se exhibe hasta hoy en día en la Dirección
de la Escuela Nro. 871.
En la ciudad de Buenos Aires, Humareda ingresa a la Escuela Ernesto de
la Cárcova. Es allí donde se familiariza con los arlequines, escenas bohemias y
circenses, figuras tan características de su arte pictórico. En 1952 retorna a
Lima y dos años más tarde ocupa la tan conocida habitación 283 del Hotel Lima,
en La Parada. En ese entonces, este lugar era la zona más peligrosa de la
ciudad capital, sin embargo, Humareda poseía, gracias a su arte, una especie de
salvoconducto para transitar ileso por allí. Debido a esta experiencia
adquirida en La Parada, su obra recoge imágenes de sus amigas prostitutas.
Existe un cuadro llamado En el burdel, donde se retrata a sí mismo, con su
clásico sombrero de copa, junto a dos mujeres de la vida alegre.
Se podría decir que Humareda extrae la belleza de la soledad en la
mayoría de su obra, resalta la desolación, la pobreza y la marginalidad de
individuos comunes y corrientes en una ciudad marcada por la oscuridad y las
carencias. A Humareda le atraen especialmente los perdedores del juego en la
sociedad, los mendigos, los pobres y muchas veces las prostitutas. Víctor
Humareda, nunca se casó y no se supo que tuviera alguna relación permanente con
ninguna mujer.
En un complejo cuadro, este fabuloso artista, se retrata a él mismo,
paleta en mano junto con una multitud de personajes que lo rodean en su
imaginación y entre los que destacan arlequines y payasos, todas figuras de la
vida circense que Humareda tanto amó.
Los temas de sus obras fueron recurrentes y contemplaban los barrios
tugurizados, las peleas de gallos, las corridas de toros del mes de octubre,
los payasos pensativos, desnudos, danzas, calaveras y máscaras, escenas
callejeras y nocturnas de los bajos fondos, cantinas y bares de mala muerte,
estos eran los motivos que Humareda verdaderamente amaba.
A Víctor Humareda se le diagnosticó cáncer de laringe, enfermedad por la
que fue operado en 1983. El dolor que causó en su organismo el tratamiento con
cobalto, quedó inmortalizado en una pintura de título Inquisición, en la que
simboliza al médico que lo trata como el torturador y a él mismo como el
torturado. Se trata de una desgarradora obra, testimonio de la aguda
sensibilidad del artista para expresar situaciones de la vida.
Víctor Humareda fue hospitalizado debido a una herida nasal sangrante,
presumiblemente ocasionada por las emanaciones de sus pinturas. Se sabe que el
artista continuaba produciendo lienzos y organizando exposiciones aun en los
tiempos en que el dolor hacía presa de su estado de ánimo y salud corporal.
Falleció en el Hospital de Enfermedades Neoplásicas, poco después de haber
cumplido 66 años de edad. Con Humareda murió uno de los escasos representantes
peruanos de la pintura expresionista, un hombre solitario, sensible y de gran
talento. Sus pinturas bien podrían ser exhibidas en cualquier museo de renombre
internacional tanto en Estados Unidos como en Europa.
ARLEQUÍN.
ARLEQUÍN AJUSTICIADO.
ARLEQUÍN.
AUTORRETRATO.
BAR QUEIROLO.
BOCETO DE ARLEQUÍN.
CASAS.
CÓNDORES.
DANZANTES DE TIJERA.
DON QUIJOTE Y SANCHO PANZA.
EL BURDEL.
EL LAGO DE LOS CISNES.
CÓNDORES.
GALLOS.
HABITACIÓN.
HAMLET.
HUMAREDA Y SUS ESPÍRITUS.
LA MUERTE.
LA QUINTA HEREEN DE NOCHE.
MARILYN, LA VITROLA Y YO.
MARIO SIERRA.
PROCESIÓN SERRANA.
PROCESIÓN DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS.
PUENTE DE LOS SUSPIROS-LIMA.
QUINTA HEREEN DE NOCHE.
QUINTA HEREEN.
ROCINANTE.
TORERO.
TORERO DESCANSANDO.
BOCETOS.
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